miércoles, 28 de septiembre de 2011

Enchufados

Dice el chiste:

Anoche mi madre y yo estábamos sentados en la sala hablando de cosas de la vida… entre otras… estábamos hablando del tema de vivir/morir.
Le dije: ‘Mamá, nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas y líquidos de una botella… Si me ves en ese estado, desenchufa los artefactos que me mantienen vivo. PREFIERO MORIR’.
Entonces, mi madre se levantó con cara de admiración… Y me desenchufó el televisor, el DVD, el cable de Internet, el PC, el mp3/4, la Play-3, la PSP, la Wii, el teléfono fijo, me quitó la blackberry, la tablet y me tiró todas las cervezas.
¡La madre que la parió!… ¡CASI ME MUERO!


A todos nos hace mucha gracia el chiste, pero en realidad no nos damos cuenta de la gran verdad que hay detrás de esta historieta. Ya casi nadie se acuerda de cómo era la vida sin móvil, y hablo de un móvil normal, que solo permita hablar y enviar mensajes, de esos que ya ni se encuentran. Aún recuerdo cuando empezaron a verse los primeros móviles que mucha gente decía “vaya pijada, yo desde luego jamás tendré uno de esos” jeje, a cuántos les recordaría yo la frasecita. Los que tenían móvil eran tachados de pijos, frikis, y sobre todo de querer llamar la atención, porque ¿a quién se le ocurre si no, ir hablando por teléfono por la calle? Menuda tontería, ¡habrase visto!

Cuando hablo con mis compañeros más jóvenes, o con mis hijos, y les cuento anécdotas de cuando yo empecé a trabajar y a viajar por trabajo, siempre llego al punto en el que una situación que se resolvería en un pis-pas con un móvil, era insalvable sin el aparatejo en cuestión. Entonces ellos me miran y me dicen “¿y por qué no llamaste con el móvil?” y a ver cómo les explicas que ¡no existían!

Yo reconozco que soy una tecno-adicta (toma palabro). No hay aparatejo nuevo que no desee con todas mis ganas poseer para trastear con él. No siempre lo consigo, claro, que la tecnología – sobre todo la de estreno – suele ser muy cara, pero es verdad que he juntado una buena colección de cacharros a los que vivo enganchada. Y claro, el problema viene cuando la tecnología falla, porque antes éramos capaces de quedarnos tirados en una carretera secundaria con una rueda pinchada y sin gato (y sin móvil, os recuerdo) y no pasaba nada, ya nos vería alguien o echaríamos a andar hasta el pueblo más cercano y encima tendríamos una aventura que contar. Ahora si se nos pincha una rueda en mitad de la M-30 en hora punta y nos quedamos sin batería en el móvil entramos en modo pánico directamente. No se nos ocurriría pedir ayuda a cualquiera que pase, ir a un poste de S.O.S (aún no los han quitado, ¿verdad?) o esperar a que venga la poli, que seguro que aparece en cerocoma.

Recientemente he sufrido el fallecimiento inesperado de mi blackberry, que como es de trabajo, en mi empresa se han ocupado de enviar al servicio técnico para repararla. Apenas tardaron unas 3 horas en proporcionarme otra de modo temporal para poder estar localizable mientras me arreglan la mía, pero os aseguro que fueron las 3 horas más angustiosas que he pasado en los últimos tiempos. Mis hijos no me llaman por teléfono, me envían whatsapp’s, mi pareja no me llama, me envía mails a mi cuenta de gmail, al igual que mis amigas, sé dónde están mis hijos por medio de Latitude, ¡sin la blackberry me sentía huérfana! Por supuesto, todos tienen mi número de móvil personal y todos tienen mi fijo, pero seguro que a nadie se le ocurriría utilizarlos. Pasadas las 3 horas y habiendo sobrevivido a ellas a duras penas, viene el drama de cargar la libreta de direcciones, porque digo yo, ¿quién se sabe los números de teléfono de sus amigos/familiares? Yo no, desde luego. Aún recuerdo el móvil de mi chico y el de mi hija mayor, pero el resto soy incapaz, no me acuerdo porque no me hace falta, porque para eso están las agendas de los móviles y ya nadie memoriza números como hacíamos antes. Dos días, dos, tardé en encontrar mi copia de seguridad y en poder restaurar mis contactos en el nuevo móvil. Dos días en los que tenía en las últimas llamadas los 3-4 números que uso a diario, y a los que iba llamando usando esta lista. Dos días en los que no pude llamar con el manos libres del coche, porque al no tener contactos, no me valía para nada. Que sí, que antes esperábamos a llegar a los sitios para llamar por teléfono, pero ahora ¡nos entra la angustia si no podemos hablar desde el coche!

Desde entonces le estoy dando muchas vueltas a esto de vivir enchufada, creo que voy a intentar dejarlo, pero no sé si seré capaz de vivir sin cables. ¿Vosotr@s lo seríais?

7 comentarios:

Larita dijo...

ufff, vamos hoy en día yo no podría vivir sin todos estos aparatejos...... yo tambien me uno a los tecno adictos...
y es verdad antes no había y no nos hacía falta. con jugar a las canicas nos entreteníamos suficientemente y con la pelota etc etc. Ahora ya ni eso, es ver a tus hijos sentados delante de la tele y hacer zapping todo el rato... o con la ds o play en la mano. Ademas en los colegios tambien han avanzado, ahora ya hay pizarras digitales (pizarra gitital como decía mi Laurita) y ya desde muy pequeñitos empiezan en el cole con un ordenador... osea ya casi nacemos con tecnología. Antes era venir al mundo con un pan debajo del brazo, y en este caso ya es con un portatil debajo del brazo.
que habra dentro de 20 años???????

Lou dijo...

JO, esta mañana te había escrito desde la pda y veo que no se ha publicado snifff!!!

Bueno, te decía que yo como el chiste, si me quitas mis cacharritos... me muero!!!

Son míiiiiiiiossss!!! jajajjajajja

Besitos

Lou

Yolanda dijo...

Jajaja, Lou, tus cacharritos te fallan! es el caos!!

Maribel dijo...

Yolanda, lo que me he reído con esta entrada pero cuánta razón tienes!

sonsoles dijo...

Yo creo que sin algunos pues si, el movil por ejemplo es algo totalmente prescindible para mi y soy fan del telefono fijo jajaja!
En cambio sin ordenador ni de coña!!!!

Ness dijo...

Yo me niego a vivir sin cacharros...¡Qué necesidad de sufrir innecesariamente! jajaja

Conxi dijo...

Yo sin movil aún aún... Sin internet me da un pasmo vamos!!